Hoy, 16 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Alimentación con el fin de celebrar la comida que nos regala la tierra y  sobre todo, para crear conciencia sobre la importancia de nuestras elecciones.

Debido a los efectos catastróficos del cambio climático, muchas personas sienten la necesidad urgente de reducir su impacto en el planeta. Una estrategia efectiva para lograrlo es reducir nuestra huella de carbono, que mide la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera como resultado de nuestro estilo de vida, como la ropa y los alimentos que se consumimos. 

Cambiar nuestra dieta es un buen punto de partida ya que aproximadamente un tercio de todos los GEI generados por humanos están ligados a la comida. 

Según un estudio hecho por National Library, una alimentación más sostenible podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% y el consumo de agua en un 50% .

Aquí tienes 3 formas sencillas de minimizar tu huella de carbono: 

1. No desperdicies comida 

Cada año se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano. Recordemos que desperdiciar alimentos significa desperdiciar todos los recursos humanos, naturales y materiales utilizados para generar productos alimenticios. 

El desperdicio de alimentos contribuye en gran medida a las emisiones de GEI ya que los alimentos desechados se descomponen en vertederos y emiten metano, un gas de efecto invernadero que tiene un impacto 34 veces mayor que el dióxido de carbono en el calentamiento global. 

Reducir nuestros residuos alimentarios no solo disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también promueve una distribución más justa y equitativa de los recursos, una meta esencial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Planifica tus comidas con anticipación, guarda las sobras, congela los productos antes de que se echen a perder y compra solo lo necesario.

2. Intenta una dieta basada en plantas

Adoptar una dieta to a vegetariana o vegana es una de las maneras más efectivas de reducir tu hulla de carbono. Un informe del 2018 concluyó que evitar la carne y los lácteos es la mayor forma de reducir tu impacto ambiental en el planeta. De hecho, podríamos reducir la cantidad total de tierra utilizada para la agricultura en un 75% y seguir alimentando a todos los habitantes de la Tierra.

La agricultura animal es responsable de hasta una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de los seres humanos.

a. Come menos carne 

Si eliminar la carne por completo es demasiado, reduciendo la cantidad de carne que comes sigue siendo una de las mejores formas de reducir tu huella de carbono. Investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que cambiar una sola comida a base de carne roja  por una a base de plantas cada semana podría reducir la huella de carbono del Reino Unido en 50 millones de toneladas. 

Esto se debe a que las emisiones de la producción ganadera -especialmente del ganado de carne y leche- representan el 14,5% de las emisiones de GEI producidas por el hombre.

 

Emisiones equivalentes de dióxido de carbono generadas al producir 1000 kilocalorías de diferentes productos alimenticios. Our World in Data.

Sustituir la carne por lentejas, alubias, tofu u otros sustitutos de la carne puede ser una forma fácil y económica de reducir tus emisiones. Puedes limitar los platos de carne a una comida al día, dejar de comer carne un día a la semana o probar estilos de vida vegetarianos o veganos.

 Incluso el simple hecho de hacer Meatless Monday (Lunes sin carne) puede marcar la diferencia.

b. Reduce el consumo de lácteos 

Un estudio realizado en 2.101 adultos holandeses reveló que los productos lácteos eran el segundo mayor contribuyente a las emisiones individuales de GEI,— sólo por detrás de la carne. El ganado lechero y su excremento emiten gases de efecto invernadero como metano, dióxido de carbono, óxido nítrico y amoníaco

Todas las leches de origen vegetal tienen un menor impacto en el planeta que la leche de vaca el uso de la tierra, el uso del agua y las emisiones de carbono.  Un estudio del 2018 encontró que la leche de vaca produce tres veces más emisiones de GEI que la leche de origen vegetal Para empezar, prueba a comer menos queso y a sustituir la leche por alternativas vegetales, hacer este cambio es tan fácil como encontrar una que te guste, como la leche de avena o de soja, y apegarte a ella.

3.  Consume alimentos locales y de temporada

Apoyar a los agricultores locales es una forma muy útil de reducir tu huella de carbono. Comprar en tu comunidad reduce la distancias recorridas y puede aumentar tu consumo de frutas y verduras frescas, ayudando a compensar tus emisiones.

Comer alimentos de temporada y apoyar a los productores ecológicos son otras formas de minimizar tu huella. Esto se debe a que los alimentos producidos fuera de temporada suelen ser importados o requieren más energía para su cultivo.

Conclusión

Revolucionar tu dieta es una forma excelente de reducir tu huella de carbono que, además, puede mejorar tu salud. 

Con cambios sencillos, como comer menos productos de origen animal, consumir más productos frescos y reducir el desperdicio de alimentos, puedes reducir considerablemente tus emisiones de GEI. 

Recuerda que esfuerzos que parecen pequeños pueden hacer una gran diferencia.

Medir la huella de carbono  e implementar un modelo de economía circular ayuda a identificar cuáles son los materiales que generan más emisiones y así poder reintroducirlos a la producción. Una vez hecho esto, tendrás una mejor idea de las mayores oportunidades para desarrollar tu estrategia de cero emisiones netas. 

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