El consumo de frutas es más amigable con el ambiente que los productos de origen animal. No obstante, la producción de frutos rojos tiene una huella de carbono alta dentro de los alimentos vegetales, ¡la huella de carbono de las bayas está en segundo lugar después del tomate! Por otro lado, los frutos rojos son excelentes a nivel nutricional, ¿por qué dejarlos de consumir? Los modelos regenerativos en los cultivos hacen posible cuidar la naturaleza y garantizar una alimentación saludable.

¿Qué es un negocio regenerativo?

La sostenibilidad es una condición esencial para satisfacer las necesidades del presente sin comprometer a las generaciones del futuro. Sin embargo, no solo se trata de sostener la capacidad, sino también es necesario regenerarla.

La regeneración es un proceso que restaura los ecosistemas y mejora la resiliencia frente a impactos extremos. Un modelo de negocio regenerativo busca la salud planetaria y el bienestar social. Y también crea y brinda valor para los stakeholders (naturaleza, sociedad, clientes, proveedores y socios).

Es importante que las organizaciones no perciban este término como una nueva moda. Cuando las empresas no comprenden el verdadero significado de los modelos regenerativos, caen en el riesgo de usar greenwashing. Esta mala práctica se puede evitar al establecer objetivos basados en la ciencia. Y al implementar estándares que evalúen el impacto ambiental de manera sistemática y transparente.

¿En qué se diferencian los modelos de negocio regenerativos de los modelos circulares y sostenibles?

Otro camino para evitar el lavado verde es comprender la diferencia entre modelos regenerativos, circulares y sostenibles. En primera instancia, un modelo sostenible se centra en el beneficio triple (sociedad, ambiente y economía). Y los modelos de negocio circulares hacen hincapié en la productividad material. Todos los modelos apuntan al beneficio ambiental, pero son diferentes.

Por otra parte, la sostenibilidad y la circularidad comparten puntos en común. Satisfacer las necesidades humanas dentro de los límites planetarios conecta la sostenibilidad con la regeneración. Y los modelos circulares y los regenerativos comparten el ciclo biológico y la restauración del ecosistema.

Modelos de negocio regenerativos: una estrategia necesaria en el sector de la alimentación y agricultura

La agricultura, en sí misma, representa un método para asegurar la alimentación en la población humana. No obstante, la explotación masiva altera las estructuras de los ecosistemas al convertirlos en monocultivos. Al ser más homogéneo, un ecosistema es más vulnerable a las plagas y a los estragos del clima extremo. La escasez de materia orgánica incrementa la necesidad de usar insumos químicos en los suelos, y se agrava más el impacto.

Frente a esto, hay un estudio que motiva a aplicar los modelos regenerativos en los cultivos. La tierra destinada a la agricultura representa más del 50 % de la presión sobre la naturaleza. Hay un enorme potencial en los cultivos regenerativos para mejorar ecosistemas y almacenar carbono. La agricultura regenerativa trae consigo muchas ventajas, tales como:

  • Aumento de la fertilidad, resiliencia y biodiversidad

  • Disminución de la erosión

  • Mejoramiento de la calidad de los suelos

  • Reducción de la contaminación química y las emisiones de efecto invernadero

La demanda de frutos rojos es cada vez mayor

Un cultivo al que se debe prestar especial atención es el de frutos rojos. Está científicamente comprobado que las bayas silvestres brindan grandes beneficios a nivel nutricional. Son una fuente importante de vitaminas, fibra y antioxidantes. Por eso, los consumidores conscientes del cuidado de la salud sirven como motor para incrementar la demanda de frutos rojos.

Este aumento de la demanda se traduce en la intensificación de los cultivos de bayas. Según un hallazgo, una ración de frutos rojos es equivalente a 0.22 kg de dióxido de carbono equivalente. ¡Lo mismo que 1.1 km de conducción!

Las bayas representan un porcentaje significativo de emisiones de efecto invernadero para ser alimentos de origen vegetal. La contribución de los frutos rojos es solo menor que la del tomate.

Huella de carbono de algunos frutos rojos

Dentro del grupo de los frutos rojos, la fresa es uno de los alimentos más demandados. Un estadounidense promedio consume cerca de 3.6 kg de fresas cada año. La producción de fresas tiene una huella de carbono de 0.39 kg de dióxido de carbono equivalente.

Las moras, al igual que las fresas, también tienen una alta demanda, pero su huella de carbono es mucho menor que la mayoría de las frutas. Su huella de carbono es de 0.07 kg de dióxido de carbono equivalente. La producción de moras también tiene una huella más baja que las frambuesas (0.15 kg de dióxido de carbono equivalente). En ese sentido, las moras son una de las frutas más conscientes del carbono que existen.

Podemos ver que la huella de carbono es una herramienta útil para seleccionar alimentos amigables con el ambiente. Pero también proporciona una base para asegurar la transparencia de las prácticas de agricultura regenerativa. Esto porque mide las emisiones de efecto invernadero. Recordemos que la agricultura regenerativa debe estar basada en resultados para evitar el lavado verde.

La fresa, una de las frutas con mayor huella de carbono

Las frutas tienen una huella de carbono más baja que muchos otros alimentos. Pero este no es el caso de las fresas. Conviene que revisemos cada etapa del ciclo de vida de las fresas para conocer el impacto ambiental:

  • Cultivo: Los principales factores que contribuyen a la huella de carbono son los requisitos de riego y el alto uso de pesticidas. El 90 % de las fresas contienen más pesticidas que cualquier otra fruta.

  • Cosecha, procesamiento y empaque: La cosecha y procesamiento tienen una contribución muy baja porque es un proceso que se realiza a mano. Los empaques son los que aportan más emisiones porque generalmente son de plástico.

  • Transporte: Cuando la fresa es importada, su huella de carbono suele ser muy alta. Esto porque las fresas se transportan en camiones refrigerados para mantenerse frescas.

  • Fin de vida: La falta de gestión de residuos y las bajas tasas de compostaje implican una huella de carbono muy alta.

Límites planetarios

Los modelos regenerativos en los cultivos de fresas

La agricultura regenerativa impacta positivamente en la cadena de valor de la fresa. En Michoacán, México, hay un proyecto llamado Madre Tierra enfocado en los productores de fresa: Se busca un equilibrio entre el aumento del rendimiento de los cultivos y la restauración de los ecosistemas.

Este proyecto capacita a los agricultores en el control biológico de plagas, la resiliencia y la mitigación del cambio climático. Gracias a esta iniciativa, se detectan y combaten las anomalías a tiempo de manera eficiente sin alterar la naturaleza. También se cuenta con el desarrollo de una aplicación móvil para el control de las huertas. Y está ligada a sensores meteorológicos que brindan información para estar alertas a eventos climáticos.

Adicionalmente, Madre Tierra es el primer proyecto demostrativo de agricultura regenerativa para la producción de fresa en México. La idea es que este proyecto sirva como modelo y se pueda escalar a otros cultivos de fresa.

Los modelos regenerativos en los cultivos son una luz de esperanza en medio de la crisis que padece la agricultura. Por un lado, hay que garantizar la seguridad alimentaria, y por otro, asegurar la estabilidad de los ecosistemas. ¡Hay que trabajar con la naturaleza y no en contra de ella! La regeneración no es una moda más, no es mera una etiqueta ambiental. Deben establecerse medidas basadas en resultados, para eso tenemos el cálculo de la huella de carbono.

Escrito por: Vilma Estefanía Tapias Benítez

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