El tequila, la icónica bebida alcohólica derivada del agave azul, ha sido reconocida internacionalmente como un símbolo mexicano y ha servido como un trampolín para celebridades que buscan ingresar a la industria. Artistas como Kendall Jenner, Nick Jonas, Michael Jordan, Adam Levine, Justin Timberlake y George Clooney han usado esta bebida para dar lugar al “efecto California o efecto Hollywood”. Lamentablemente, la huella de carbono del tequila no es tan conocida.
Los retos de la industria tequilera
La popularidad del tequila provoca un alto impacto ambiental. El uso intensivo de agua, pesticidas y fertilizantes perjudica los suelos y la biodiversidad. Además, la expansión de los cultivos de agave conlleva a la deforestación y destruye hábitats.
Aunque hay regulaciones para esos cultivos, la sobreproducción acentúa la crisis climática. Esta popular industria que inició en el pueblo de Tequila se extendió por todo Jalisco, y luego a Michoacán y Guanajuato. Adicionalmente, la demanda creció 526% en tres décadas y las plantaciones invaden zonas protegidas como el Bosque La Primavera. Una razón que explica esta plantación masiva es que cada vez más celebridades tienen su propia marca de tequila. Es recomendable frenar ese ritmo de producción consumista que va en detrimento de la naturaleza. Recordemos que el proceso del tequila es lento por excelencia, hay que esperar 7 y 9 años para que las plantas alcancen su madurez y asegurar la acumulación máxima de los carbohidratos para separar las piñas.
La huella de carbono del tequila es significativa, con 3 kg de CO2 por cada litro (donde la botella de vidrio es responsable del 27% del total de su huella). Los principales contribuyentes a la huella de carbono del tequila, como se ve en la gráfica, son el consumo de combustibles fósiles, la fabricación de la botella de vidrio y el transporte. En la fase agrícola, el factor que más aporta a la huella es el uso de fertilizantes nitrogenados.
¿Qué se hace con los residuos del agave?
La gestión inadecuada de los residuos contamina el agua y genera emisiones de gases de efecto invernadero. Dentro de este problema, los residuos de mayor impacto son:
- Bagazo: Es la fibra que sobra después de extraer el azúcar y contamina el suelo, el agua y el aire.
- Vinazas: Son aguas residuales que emergen del proceso de destilación. Al ser vertidas en el suelo o agua, afectan su productividad y alteran las propiedades de los ecosistemas.
Afortunadamente, el bagazo se puede aprovechar como materia prima para la producción de biocombustibles como el etanol, y en la industria del papel. Por otro lado, las vinazas se pueden gestionar en plantas de tratamiento.
El lado positivo del tequila
La certificación Agave Responsable Ambiental (ARA) se creó con el fin de demostrar que la producción de las bebidas hechas con agave no cause deforestación. Esto con el fin de evitar el daño a los ecosistemas y garantizar una producción de tequila más sostenible. En la industria del agave, las estrategias de sostenibilidad van más allá de solo evitar la deforestación, como el Consejo Regulador del Tequila (CRT) que promueven prácticas sostenibles, como la gestión de residuos y el uso responsable del agua.
El agave azul tiene una capacidad asombrosa para absorber el CO2 de nuestra atmósfera. Una hectárea de agave puede capturar hasta 135 toneladas de CO2 al año en condiciones ideales. Sin embargo, la producción de agave también puede contribuir al cambio climático si no se maneja adecuadamente. Por ejemplo, en un solo año Guanajuato perdió 45.2 hectáreas de bosque natural. Dado lo anterior, estos cultivos deben adecuarse de una manera responsable evitando los monocultivos porque contribuyen a la deforestación.
Casos de éxito de tequilas ecológicos
- Grupo Sauza y energía solar: Jalisco es el líder de la producción de tequila, y su ubicación geográfica cuenta con un gran potencial fotovoltaico. El presidente de Grupo Sauza aprovecho esta oportunidad al instalar paneles solares para descarbonizar su consumo energético.
- Buen Vato y envase de cartón: Buen Vato es el primer tequila del mundo que se presenta en un envase de cartón con forma de botella. El cartón impreso implica que no se necesitan etiquetas ni equipos de etiquetado. Además, esta modalidad de envase es menos pesada para transportar, ya que es 5 veces más liviana que una botella de vidrio. Así se garantiza una reducción de emisiones en la etapa de envasado y transporte.
Casos de éxito del tequila sostenible
Un tequila sostenible no solo incluye acciones ambientales, sino también sociales. Inicialmente la industria del tequila se caracterizaba por manejar un entorno con preponderancia masculina pero ahora las mujeres asumen un rol importante en este campo.
- La Asociación de mujeres del tequila congrega a dueñas de empresas tequileras, directivas, representantes de marca, artesanas y jornaleras.
- Las mujeres del tequila han demostrado que pueden competir en el mercado por sus productos de alta calidad, y al mismo tiempo ofrecen marcas que protegen al medio ambiente. El proyecto The Lost Explorer Mezcal, dirigido por dos mujeres, ha trabajado con el procesamiento de los residuos, ha instalado paneles solares para alimentar el proceso de destilación y plantan al menos tres agaves por cada uno que se utilice.
Conclusión
La industria del tequila tiene dos caras. Por un lado, se presenta como un sembrado intensivo con un efecto muy contaminante. Y, por otro lado, es un cultivo con una gran capacidad para absorber CO2. Con medidas y estrategias es posible llegar a un equilibrio para que la industria tequilera se convierta en un modelo de sostenibilidad al reducir su huella de carbono. Con el apoyo de sinCarbono, los productores de tequila pueden saber cuáles de donde vienen sus emisiones y después reducirlas.
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