¿Sabías que el desperdicio de alimentos es uno de los mayores contribuyentes a los efectos del cambio climático?
Aproximadamente el 70% de los alimentos producidos mundialmente para consumo humano, es tirado y nunca consumido. Esto significa que todos los recursos como, el suelo, agua y mano de obra que se destinaron para producir y transportar los alimentos son desperdiciados.
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¿Dónde se produce el desperdicio de alimentos?
Pérdida vs. Desperdicio
Cuando los alimentos viajan del cultivo al plato, una parte se pierde en el cultivo, en el almacenamiento o en el tránsito. Esto se considera generalmente como pérdida de alimentos. A diferencia de esta pérdida, cuando los alimentos se tiran al entrar en el mercado, es decir, cuando se venden a los fabricantes, a los distribuidores o a los consumidores, se considera desperdicio de alimentos.
Una manera más simple de diferenciar estos términos, es ver que la pérdida de alimentos sucede en la cadena de valor de la producción alimentaria mientras que el desperdicio sucede en la demanda.
La mayor parte del desperdicio de alimentos procede de la demanda de la producción de alimentos.
No todo el desperdicio de alimentos tiene el mismo impacto
Así como todos los alimentos se producen de manera diferente, su impacto al ser desechados también varía.
Los productos de origen animal tienen un impacto medioambiental mucho mayor que los productos vegetales. Por ejemplo, producir 1 kg de carne requiere 15,000 L de agua, mientras que producir 1 kg de manzanas requiere solamente 250 L. Esta diferencia también se ve reflejada en su desecho. Tirar un trozo de carne equivale a que 16 bañeras llenas de agua se vayan por el drenaje, mientras que tirar una manzana equivale a tirar 7.
Es importante minimizar no solo el consumo de productos de origen animal, sino también su desperdicio.
Desperdicio de alimentos y emisiones de GEI
Cuando los desechos alimentarios terminan en rellenos sanitarios, son compactados en capas y degradados sin oxígeno junto con otros desechos no biodegradables y no compostables. Esto libera metano (CH4), el cual tiene un potencial de calentamiento 28 veces mayor que las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El 11% de las emisiones mundiales de GEI procedentes del sector alimentario podrían reducirse si se evitara el desperdicio de alimentos. Sin embargo, a comparación de la transición energética y de las soluciones bajas emisiones de carbono, los enfoques para abordar la descarbonización de la producción alimentaria están menos definidos.
¿Cómo evitar emisiones por el desperdicio de alimentos?
Puedes reducir las emisiones de carbono de los alimentos que consumes empezando por comer menos carne y lácteos, así como comprando más alimentos locales y de temporada. Ser vegetariano podría ahorrar hasta una tonelada de dióxido de carbono al año. Así mismo, optar por alimentos cultivados localmente y de temporada significa que habrán recorrido menos kilómetros, por lo que las emisiones de dióxido de carbono por transporte de producto también serán reducidas.
Algunos consejos para reducir el desperdicio de alimentos
Planea y compra lo necesario
Piensa en las comidas que harás en la semana, los días que podrías comer fuera y evita las compras innecesarias planificando la lista de la compra con anticipación.
Congela tus alimentos
Congelar los alimentos puede alargar su vida útil y evitar que se desperdicien.
Mide tus porciones
Prepara sólo lo que necesites para reducir el desperdicio, o ten un plan para las sobras.
Medir la huella de carbono ayuda a identificar cuáles son los alimentos que al producirse, generan más emisiones. Una vez hecho esto, tendrás una mejor idea de las mayores oportunidades para desarrollar tu estrategia de cero emisiones netas.
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Q&A
1. ¿Qué impacto tienen los alimentos basados en plantas?
Adoptar una dieta to a vegetariana o vegana es una de las maneras más efectivas de reducir tu hulla de carbono. Un informe del 2018 concluyó que evitar la carne y los lácteos es la mayor forma de reducir tu impacto ambiental en el planeta. De hecho, podríamos reducir la cantidad total de tierra utilizada para la agricultura en un 75% y seguir alimentando a todos los habitantes de la Tierra.
Investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que cambiar una sola comida a base de carne roja por una a base de plantas cada semana podría reducir la huella de carbono del Reino Unido en 50 millones de toneladas.
Esto se debe a que las emisiones de la producción ganadera -especialmente del ganado de carne y leche- representan el 14,5% de las emisiones de GEI producidas por el hombre.
2. ¿Por qué comprar local?
Apoyar a los agricultores locales es una forma muy útil de reducir tu huella de carbono. Comprar en tu comunidad reduce la distancias recorridas y puede aumentar tu consumo de frutas y verduras frescas, ayudando a compensar tus emisiones.
Comer alimentos de temporada y apoyar a los productores ecológicos son otras formas de minimizar tu huella. Esto se debe a que los alimentos producidos fuera de temporada suelen ser importados o requieren más energía para su cultivo.