Como empresa, contar con un plan de sostenibilidad es un excelente paso para contribuir a la luchar contra la crisis climática. Sin embargo, cuando se trata de prácticas sustentables, cambios pequeños pueden ser mejores que iniciativas drásticas. 

Afortunadamente, el mundo está evolucionando y la sostenibilidad está en todos lados. Ser parte de este cambio es esencial para las empresas, y cada vez son más los líderes que reconocen la importancia de abordarla en sus modelos de negocio. Todo empieza dando pequeños pasos que generan un gran impacto.

Cambios radicales

Con la demanda de los clientes conscientes y el deseo de superar a la competencia, puedes verte tentado a implementar cambios radicales. Pero antes de perder el tiempo elaborando planes ambiciosos intenta dar un paso atrás y pensar a largo plazo.

Las grandes mejoras pueden provocar preocupación

En un mundo donde las expectativas de los clientes y el movimiento ecologista influyen en la cultura empresarial, puede resultar convincente presumir logros sostenibles. Aunque es cierto que las mejoras pueden demostrar los valores de una empresa, cualquier mejora espectacular puede generar preguntas en los clientes.

Cuando una empresa afirma que sus operaciones han mejorado un 50% año tras año, ¿qué dice eso sobre cómo operaba antes? ¿Qué tipo de prácticas empleaba la empresa anteriormente? Los clientes podrían preguntarse si pueden esperar mejoras similares el próximo año o si estos cambios drásticos conducirán a un estancamiento.

Las empresas que quieren dar a conocer sus iniciativas sostenibles lo mejor que pueden hacer es ser estratégicas. Ser sincero sobre las deficiencias operativas pasadas puede ser efectivo, fortaleciendo la relación con los clientes, siempre que el enfoque sea genuino y se centre en demostrar el crecimiento en lugar de acumular cumplidos.

Además, una de las razones por las que muchas personas fracasan al hacer algo grande es que abarcan demasiado y demasiado pronto.

Para un impacto duradero, enfócate en mejoras incrementales

Plantea y pon en marcha iniciativas de sostenibilidad sólo si tienes la certeza de poder mantenerlas a largo plazo. De lo contrario, corres el riesgo de neutralizar o revertir los avances conseguidos a corto plazo. Cualquier enfoque de mejora debe ser sostenible también desde el punto de vista empresarial.

Incluso si una empresa sólo puede mantener un 3% más de eficiencia en sus operaciones año tras año, esto será más sustentable y constante. Cada segundo de reducción del tiempo de ejecución y cada porcentaje de reducción de los residuos, se acumulan con el tiempo y marcan la diferencia. Con el plan adecuado, puedes llevar a cabo cambios positivos y reales sin perder de vista lo que es factible para tu organización. 

Sabemos que como personas, tendemos a ser renuentes a los cambios drásticos. Choques radicales pueden asustar a los clientes. Por ejemplo, si el producto favorito de un cliente cambia de presentación o de repente deja de estar disponible, es probable que este cliente reaccione negativamente y busque alternativas. En cambio, cuando las empresas introducen ajustes graduales y continuos a lo largo del tiempo, orientan a sus clientes en la dirección correcta sin dejar de cultivar la relación. Por ejemplo, sabemos que los clientes están dispuestos a pagar más por envases sostenibles. Si cambias el envase antes que el producto, puedes preparar a tus clientes para más cambios a futuro. 

En general, introducir cambios para ser sustentable es positivo: cuidar recursos, reducir residuos y buscar provedores sostenibles siempre beneficiará a las empresas y al ambiente. Sin embargo, las metas a largo plazo muchas veces se logran mediante mejoras constantes e incrementales.

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Escrito por Andrea Silva