deforestación

¿Sabías que la deforestación es considerada como la segunda fuente de emisiones de efecto invernadero? Este gran enemigo de nuestro planeta ataca directamente los hábitats, y a su vez, contribuye al cambio climático. Entonces deben implementarse medidas para hacer frente a esta problemática porque es nuestra responsabilidad garantizar el cuidado de los recursos naturales. Pero antes es necesario examinar el contexto para que estas sean realmente efectivas.

¿Qué es la deforestación?

Desde la dimensión antrópica, la deforestación consiste en la tala de árboles para despejar áreas o comercializar madera. Según la FAO, esta se define como la conversión de selvas a otro tipo de uso del suelo. Al eliminar la vegetación, se liberan grandes cantidades de carbono, que estaban almacenadas en el suelo, entonces, la deforestación contribuye al cambio climático. Asimismo, de acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, este fenómeno es considerado como uno de los 10 problemas principales del medio ambiente, y, también existe una fuerte relación entre la deforestación y el cambio climático.

En cuanto a las características de la deforestación, esta va más allá de la destrucción de árboles porque también implica pérdidas en los ecosistemas y la biodiversidad, y produce contaminación. Por otro lado, hay varios tipos de deforestación:

  • Natural: También llamada deforestación involuntaria, está relacionada con los eventos y accidentes generados en la propia naturaleza.

  • Humana: Es generada por la actividad antrópica tanto directa como indirectamente. A diferencia de la deforestación natural, esta puede ser evitada.

  • Urbana: Está asociada a la expansión de las ciudades y a la construcción de hoteles en zonas boscosas.

  • Industrial: La deforestación industrial se lleva a cabo con el fin de obtener madera como materia prima.

  • Agrícola: Se talan los árboles para sembrar monocultivos, establecer granjas y campos de pastoreo.

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10 causas de la deforestación 

Los problemas de la deforestación se derivan de factores naturales y humanos, además, este fenómeno contribuye con emisiones de gases de efecto invernadero. Entre las principales causas de la deforestación se incluyen:

  • agricultura intensiva

  • monocultivos

  • comercialización de madera

  • explotación minera

  • construcción de carreteras, represas y edificaciones

  • usar el terreno para actividades de ganadería

  • ausencia de regulaciones para proteger los bosques

  • incendios forestales

  • plagas y enfermedades en los bosques

  • fenómenos naturales como tornados, tormentas y erupciones volcánicas

Día del Sobregiro

Consecuencias de la deforestación y su relación con el cambio climático

Los cambios del uso del suelo y la falta de bosques conllevan a la destrucción de la biosfera, desertificación, y contaminación del aire al impedirse la captura de CO2. Otra consecuencia es la extinción de especies, el término defaunación se refiere a la pérdida de la fauna por causas humanas. Además de eso, la deforestación se relaciona con las enfermedades infecciosas, puesto que fomenta la propagación de patógenos zoonóticos cuando se fragmentan los bosques. La contaminación del agua es uno de los problemas de la deforestación que afecta a los ecosistemas acuáticos porque se erosiona el suelo, los sedimentos se depositan en las aguas poco profundas, se bloquea la luz solar y los arrecifes no pueden desarrollarse.

En cuanto al cambio climático, según la FAO en 2018, la deforestación es la segunda causa principal y representa cerca del 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Debe recordarse que los árboles durante la fotosíntesis absorben y almacenan dióxido de carbono. Adicionalmente, la capacidad de absorción de dióxido de carbono es directamente proporcional al tamaño, densidad y volumen de árboles. De esta premisa se deduce que, si se incrementa la deforestación, la temperatura global va a aumentar por el CO2.

Durante el proceso de tala de árboles se desprende CO2 almacenado en las plantas, y hay más gases que se liberan al cambiar el uso de esas tierras. Se tiene que las selvas tropicales almacenan cerca de 200 petagramos de carbono en su biomasa aérea. A partir del año 2010, la deforestación ha emitido alrededor de 1 petagramo (1 billón de kilogramos) de ese carbono cada año.

Un llamado a la acción desde el sector AFOLU

Es imperioso desarrollar estrategias para frenar la deforestación, de no ser así, el Amazonas puede perder cerca de 85.4 millones de hectáreas de bosque en 2030. Ya se sabe que en el periodo 2000-2013 se perdió el 4.7% de sus bosques (pasó de tener 575 millones de hectáreas a 548 millones). Además, la expansión de pastos para ganadería y cultivos aumentó en 22.9 millones durante ese mismo periodo.

Se puede ver que la agricultura y los cambios en el uso del suelo contribuyen significativamente al aumento de los niveles de emisiones de efecto invernadero. Esta es una razón de peso para diseñar estrategias enfocadas en ese sector. Se ha demostrado que el 31% de las emisiones de origen antrópico proviene de los sistemas agroalimentarios. 16.5 millones de toneladas de emisiones de gases se distribuyen así:

  • 7.2 millones de la explotación agrícola

  • 3.5 millones del cambio de uso del suelo

  • 5.8 millones de los procesos de la cadena de suministro

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A pesar de lo anterior, el sector AFOLU (agricultura, silvicultura y cambio de uso del suelo) tiene potencial de reducir las emisiones mediante estrategias apropiadas de gestión de la tierra. Hay 4 acciones para combatir la deforestación:

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  • Labranza mínima

  • Insumos químicos reducidos

  • Reforestación

  • Adopción de sistemas agrícolas como la agrosilvicultura (para mejorar la captura de carbono)

Los pastizales son capaces de almacenar enormes cantidades de carbono en el suelo por las raíces profundas de las gramíneas y su resistencia a los cambios bruscos de temperatura.

Un aspecto importante por aclarar: No se trata solo de sembrar árboles

Los árboles cumplen un papel vital al proporcionar oxígeno y alimentos, y capturar CO2. Una de las estrategias más implementadas es la reforestación; no obstante, este solo es el punto de partida.

La replantación de árboles en áreas que cumplían la función de bosques implica beneficios. Pero cuando se plantan árboles en áreas cuyo suelo no cumplía esa función, se generan efectos ambientales adversos. El cultivo de árboles sobre pastizales puede disminuir el flujo de agua, incrementar los incendios y contribuir al calentamiento global porque los pastos reflejan más calor que los bosques.

Dado lo anterior, para garantizar que las acciones contra la deforestación sean efectivas, es necesario analizar el contexto antes de ponerlas en práctica. Además, no se debe limitar a la plantación de árboles, hay que asumir la responsabilidad de toda la vida útil de estos, y tener en cuenta que hay más enfoques como la captura directa de aire y el uso de varios tipos de minerales.

Otra estrategia para hacer frente a la deforestación es la implementación de leyes. En diciembre del 2022, la Unión Europea acordó una ley que prohíbe la importación de productos asociados a la deforestación. Los productos como el café, chocolate, soja, productos de ganadería, muebles, carbón vegetal, aceite de palma y caucho deben pasar por controles estrictos que certifiquen que en sus procesos no se ha dañado ningún ecosistema. Esta nueva ley no tendrá un impacto significativo en el precio para los consumidores.

A modo de conclusión, no deben ignorarse que la deforestación contribuye al cambio climático porque al talar árboles se desprende el CO2 almacenado en ellos. Y también, esas tierras son destinadas para otras actividades como la ganadería, monocultivos y minería, las cuales generan nuevas emisiones de efecto invernadero. El exceso de emisiones rompe el equilibrio natural y dificulta la homeostasis ecológica del planeta, por eso hay que tomar acción. Pero no se trata solamente de sembrar y cuidar árboles, debe analizarse el contexto para que las acciones trasciendan a la protección del medio ambiente en lugar de afectarlo negativamente.

¡No podemos ignorar los efectos de la deforestación en el cambio climático! Cuando se talan los árboles, se desprende el CO2 almacenado en ellos, ¡pero eso no es todo! Las tierras deforestadas son destinadas para otras actividades como la ganadería, los monocultivos y la minería, las cuales generan nuevas emisiones de efecto invernadero. El exceso de emisiones rompe el equilibrio natural y dificulta la homeostasis ecológica del planeta, por eso hay que tomar acción. Pero no se trata solamente de sembrar y cuidar árboles, debemos analizar a fondo el contexto para que las acciones trasciendan a la protección del medio ambiente en lugar de afectarlo negativamente.

Escrito por: Vilma Estefanía Tapias Benítez

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