¿Cómo se puede medir la huella de carbono?
La huella de carbono se mide multiplicando el consumo de una actividad por su correspondiente factor de emisión en función del tipo de combustible utilizado. El consumo de actividad se define como la cantidad de energía requerida para realizar una actividad. Y los factores de emisión son la cantidad de contaminantes emitidos a la atmósfera al realizar dicha actividad.
¿Por qué es tan importante medir la huella de carbono?
Calcular la huella de carbono es importante porque le permite a las empresas conocer el impacto de sus operaciones cotidianas sobre el medio ambiente. Además, la medición da claridad sobre las fuentes de los gases de efecto invernadero, y así las empresas pueden diseñar estrategias adecuadas para reducir su huella de carbono. No solo eso, las organizaciones se benefician al aplicar estas medidas porque pueden optimizan recursos y reducen costos.
La importancia de medir la huella de carbono está ligada al potencial de reducirla, y por ende, a mitigar los efectos del cambio climático. No olvidemos que las emisiones de gases de efecto invernadero contribuyen significativamente al calentamiento global y, al reducirlas, las empresas hacen que el ritmo del cambio climático sea más lento.
El calentamiento global, en parte, es responsable de las terribles olas de calor que se han vivido en los últimos años. Por ejemplo, el 3 de julio del 2023 fue catalogado como el día más caluroso registrado para la temperatura promedio global. La temperatura global promedio alcanzó los 17.01 °C y superó el récord de agosto de 2016 de 16.92 °C. Por otro lado, gracias a los estragos del cambio climático, la Antártida, que actualmente está invierno, registró temperaturas anormalmente altas. Esta difícil situación se exacerba con el Fenómeno del Niño, que está en sus comienzos.
Protocolo de Gases de Efecto Invernadero
Una herramienta útil para calcular y reportar el inventario de emisiones es el Protocolo de GEI (GHG Protocol). Desarrollado por el World Resources Institute (WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), este protocolo tiene una metodología eficaz para la obtención de las emisiones de GEI a partir de un año base. El reporte de GEI debe ser relevante, íntegro, consistente, transparente y preciso, ya que con estos principios se asegura que se represente imparcialmente las emisiones de una empresa.
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Establece límites
Como las operaciones de una empresa varían tanto en su estructura organizacional como legal, de acuerdo a su participación accionaria o al control que tienen sobre las operaciones, deben de fijarse límites organizacionales para contabilizar y reportar sus emisiones de GEI. Si la empresa es propietaria de todas sus operaciones, el reporte de emisiones será el mismo, no importa como esté enfocado su límite organizacional. Sin embargo, para empresas con operaciones conjuntas con otras empresas, el reporte puede variar.
Después de que una empresa determina sus límites organizacionales, siguen los límites operacionales. Esto involucra identificar emisiones, directas o indirectas, asociadas a sus operaciones. Se definen en tres alcances.
Alcance 1
Emisiones directas, provenientes de actividades llevadas a cabo en la empresa.
Alcance 2
Emisiones indirectas, provenientes de la generación de electricidad adquirida que es consumida por la empresa, en sus operaciones o en equipos propios o controlados.
Alcance 3
El resto de las emisiones indirectas, como actividades de la cadena de valor realizadas por terceros y disposición de residuos. Este alcance es el que cuenta con más categorías.
Una vez que se establecen los límites y se mide, se debe de comunicar la huella de carbono. Esto con el fin de informar de manera interna para alcanzar los objetivos de reducción y hacer visible para los clientes y consumidores los cambios que la empresa está realizando.
Ya medí y reporté mi huella de carbono, ¿Ahora qué sigue?
Empieza por reducir las emisiones de tu empresa del alcance 1 y 2. Debido a que ambas emisiones son provenientes de las actividades que se realizan en la empresa, son más fáciles de controlar.
Las empresas pueden reducir sus emisiones del alcance 1 y 2 siguiendo estás recomendaciones:
Recorre menos distancias.
Manejo eficiente del combustible.
Asegúrate que las temperaturas del termostato sean apropiadas.
Sustituye los vehículos por alternativas que generen menos emisiones.
Apaga las luces y los equipos de cómputo cuando te encuentres fuera del horario laboral.
Por otro lado, la mayoría de las emisiones de las empresas se encuentran probablemente en su cadena de valor y no provienen directamente de sus operaciones. Este tipo de emisiones indirectas, del alcance 3, usualmente son más difíciles de controlar.
Típicamente, las emisiones suelen provenir de las siguientes áreas de la cadena de valor:
- Transporte, envío o entrega
- Proveedores muy alejados del área de producción
- Consumo de energía en la producción o fabricación
- Ciertos materiales y procesos previos a la producción
Los pequeños ajustes pueden producir un cambio impactante. No todas las soluciones tienen que ser ambiciosas y costosas.
Medir la huella de carbono ayuda a identificar cuáles son las actividades operativas que más emisiones generan. Una vez hecho esto, tendrás una mejor idea de las mayores oportunidades para desarrollar tu estrategia de cero emisiones netas.
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