¡Disfruta de una barbacoa sin culpas! Consumir carne asada es una experiencia agradable y puedes hacerla más ecoamigable. Elige otra alternativa como el pollo para reducir la huella de carbono. Y si quieres reducirla aún más, prefiere el gas natural sobre el carbón.

La barbacoa es una de las actividades que más disfruta la gente con amigos o familiares. Una parrillada solo necesita una bolsa de 2 kg de carbón y cerca de 5 medallones de carne (2 kg de carne). En primera instancia, un kg carne de res puede generar 27.1 kg de CO2. Esto es casi lo mismo que las emisiones producidas al conducir de ida y vuelta desde CDMX a Cuernavaca.

Por otro lado, quemar un 1 kg de carbón genera 2.42 kg de dióxido de carbono, entonces, los 2 kg para la barbacoa generan aproximadamente 4.84 kg de CO2. Y los 2 kg de carne producen 54.2 kg de dióxido de carbono equivalente. En ese sentido, la parrilla tiene una huella de carbono de 59.04 kg de CO2, y esta aún más si tenemos en cuenta el uso de plásticos de un solo uso para servir la comida.

Una parrilla a carbón produce mucho humo y se emiten sustancias que contaminan el aire. También perjudican la salud, por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los cuales pueden causar enfermedades respiratorias, trastornos oculares, alergias y mutaciones en el ADN. Además, los compuestos orgánicos volátiles y material particulado, que se absorben fácilmente en la piel y en el torrente sanguíneo.

De acuerdo con lo anterior, 1 kg de carne genera más emisiones de dióxido de carbono que 1 kg de carbón, entonces el primer paso consiste en buscar alimentos alternativos a la carne. En ese sentido, se reduce la huella de carbono de la comida que se va a poner en la parrilla. Podemos considerar el uso de alimentos de origen vegetal, pero como la idea principal es consumir carne asada sin culpas, podemos elegir otros tipos carnes con menor huella de carbono como el pollo (6.9 kg CO2e) o el cerdo (12.1 kg CO2). Asimismo, debemos reducir el uso de plásticos de un solo uso y dar prioridad a las vajillas no desechables o platos hechos a base de material biodegradable.

Más que el carbón, una parrillada es contaminante por causa de la carne, ¡mira la gráfica! Puedes ver que la huella de carbono de la carne de res es mucho mayor que la del carbón.

Figura 1: La huella de carbono de una barbacoa

Esta gráfica demuestra lo crucial que es saber elegir lo que asamos en una parrilla. Pero eso no significa que se ignore el impacto ambiental del uso de los combustibles. Por ejemplo, la huella total del carbón quemado para unas 150 sesiones de barbacoa es de aproximadamente 1 tonelada de dióxido de carbono. Entonces debemos encontrar combustibles alternativos al carbón fósil como el carbón vegetal.

Existen otras opciones diferentes al carbón fósil como el carbón vegetal. Pero cuando se quema, produce contaminación del aire, niebla e incrementa el calentamiento global. Cada kilo de carbón vegetal produce 2.5 kg y 3 kg de dióxido de carbono. Por otra parte, está asociado a la tala de árboles, y la deforestación contribuye al cambio climático. Para producir 1 kg de carbón, se requieren 10 kg de madera. Y el impacto ambiental es aún mayor si se trata de carbón importado, las emisiones de CO2 pueden ser hasta 14 más altas.

A simple vista, el carbón vegetal no parece ser una opción muy amigable con el medio ambiente, ¡vamos a ver si existe otra alternativa de combustible para poder consumir carne asada sin culpas!

Hay una alternativa todavía mejor que el carbón vegetal, el gas natural, su huella de carbono es tres veces menor. Aunque se trata de un combustible fósil no renovable, el gas natural es el combustible con menor impacto ambiental. Produce 40 a 50 % menos emisiones de CO2 que el carbón y su proceso de combustión es más eficiente. Otra ventaja del gas natural es que no tiene impurezas o residuos, lo que significa cero emisiones de partículas sólidas, hollines o humos.

Muchas personas prefieren las parrilladas con carbón porque son más baratas, y perciben la textura de la carne más atractiva. No obstante, solo es un lujo que nos podemos dar si cuidamos el tipo de comida que ponemos en la parrilla y la frecuencia de uso.

Lo mejor que puedes hacer es actuar con base en la huella de carbono de la barbacoa en su totalidad, no solo en el tipo de combustible. Pudimos ver que el carbón es altamente contaminante frente al gas natural, pero, aun así, sigue siendo mucho menor que la huella de carbono de la carne de res.

Escrito por: Vilma Estefanía Tapias Benítez

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