La leche es la materia prima principal de la industria láctea, pero su huella de carbono es muy alta. Cada litro de leche de vaca produce 3.2 kg de CO2e. Genera más emisiones de gases de efecto invernadero que las bebidas de origen vegetal. Por ejemplo, la leche de arroz provoca menos del 40 % de las emisiones generadas por la leche de vaca. Sin embargo, la huella de carbono puede reducirse si se adopta una agricultura sostenible. En ese sentido, la agricultura regenerativa ofrece una solución para reducir la huella de carbono de los lácteos.
¿Cuánto CO2 produce la leche?
La huella de carbono de la leche se define como el total de emisiones de gases de efecto invernadero emitidas a lo largo de su ciclo de vida. Este valor incluye las emisiones de los insumos y del proceso de producción. Se estima que las emisiones de la actividad ganadera en las fincas pueden representar el 85 % de la huella de carbono de los lácteos. Según un estudio, dentro de ese porcentaje generado en las fincas, la principal fuente de emisiones es la fermentación entérica (59.2 %). La segunda fuente de emisiones es la gestión del estiércol (20.8 %). Por último, se tiene que la fabricación y transporte de insumos (12.2 %), la aplicación de fertilizantes (5.3 %) y el uso de combustibles y energía (2.5 %).
La aplicación de medidas de agricultura regenerativa debe enfocarse en la reducción de las emisiones asociadas a la fermentación entérica. Los resultados de este estudio coinciden con otro informe que analizó la huella de carbono de la leche para diferentes países, como se muestra en la gráfica.
Podemos ver que, aunque los otros valores varían, para los 3 casos, la fermentación entérica es la principal fuente de emisiones de efecto invernadero. Por otro lado, la ganadería implica cambios de uso en el suelo para establecer cultivos de pastoreo. Entonces, también es importante aplicar medidas de restauración de la capacidad de los suelos para capturar el carbono.
¿Cómo reducir la huella de carbono en la ganadería?
La agricultura regenerativa puede recuperar el equilibrio al disminuir el calentamiento global y reconstruir la biodiversidad, el almacenamiento de carbono, la salud del suelo y el ciclo del agua. Las actividades ganaderas deben reintegrarse con la naturaleza y trabajar con ella, no en contra. Es así como el sector lácteo puede mejorar la rentabilidad, al mismo tiempo que garantiza la importancia del cuidado de los recursos naturales.
Al centrarse en el empleo de prácticas agrícolas para restaurar la materia orgánica del suelo, la agricultura regenerativa brinda una oportunidad para reducir la huella de carbono en la ganadería. Esto porque se mejora la capacidad del suelo para capturar el carbono.
No obstante, hay que asegurar que las estrategias de agricultura regenerativa son realmente efectivas. Esto se logra con el conocimiento exacto de la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en la ganadería. De esta manera, es posible seleccionar las medidas pertinentes para reducir la huella de carbono de los lácteos.
Pero muchas veces las empresas del sector ganadero o la industria láctea no saben cómo llevar a cabo este proceso. Gracias a la plataforma sinCarbono, las empresas pueden calcular, reportar y monitorear sus emisiones de efecto invernadero. Esta herramienta también es útil para definir cuáles son los datos que deben considerarse para la medición de la huella de carbono. Con estos insumos las empresas pueden aplicar las mejores prácticas de agricultura regenerativa para reducir su huella de carbono.
¿Cuáles son los pilares de la agricultura regenerativa?
La agricultura regenerativa sigue un conjunto de principios para la aplicación de sus prácticas:
Reducir la labranza intensiva, es mejor dejar los residuos de cultivos en el suelo.
Unir la salud de las vacas y la salud del suelo.
Fomentar la diversidad de plantas. Esto implica la implementación de estrategias de rotación de cultivos y policultivos.
Integrar operaciones ganaderas y agrícolas en la misma base de tierra. Así se optimiza el uso y la gestión del suelo.
La agricultura regenerativa en el sector ganadero: ¿Qué es la ganadería regenerativa?
La ganadería regenerativa incorpora los principios de la agricultura regenerativa para ofrecer una alternativa más sostenible que la ganadería extensiva. Esto es necesario porque la ganadería debe implementar medidas que le permitan adaptarse y enfrentar el fenómeno del cambio climático. La aplicación de la ganadería regenerativa es pertinente en las zonas rurales de México, donde los ganaderos son especialmente vulnerables a los estragos del clima.
En lo que respecta al primer principio de la agricultura regenerativa, la ganadería debe reducir la labranza para los cultivos destinados al pastoreo. Por otra parte, el segundo principio se aplica cuando se restauran los pastizales degradados al recuperar su fertilidad y sus ciclos de nutrientes, energía y agua. En cuanto a la salud del ganado, es vital el desarrollo de estrategias que les permitan una mejor digestión. Recordemos que una buena parte de las emisiones GEI de la ganadería son de metano, un gas que proviene de la fermentación entérica de las vacas.
El cuarto principio tiene lugar cuando se consideran los beneficios de la relación del ganado como herbívoro y las gramíneas, malezas y leguminosas. Estos beneficios se manifiestan cuando los pastos necesitan de la estimulación de la vaca cuando pasta para su rebrote. Este comportamiento facilita la dispersión de semillas de muchos tipos de plantas.
Adicionalmente, es necesario tener cuidado con el sobre pastoreo y la sustitución de la vegetación nativa por pastos mejorados. Como esto representa una seria amenaza para la biodiversidad, hay que fomentar la diversidad de vegetación con rotación de cultivos y sistemas policultivos (el tercer principio).
¿Qué ventajas nos brinda la ganadería regenerativa?
La ganadería regenerativa conduce a beneficios para el medio ambiente, la rentabilidad y la salud del ganado:
Por la mayor cantidad de sombra, se reduce el estrés de las vacas y aumenta su disposición a comer. En la producción de leche se ha demostrado que una vaca con temperatura fresca consume un 13 % más de alimento, que cuando no tiene sombra. Bajo los árboles, el ganado percibe una temperatura entre 2 y 3°C menor que a sol abierto. Cuando las vacas consumen más alimento, la productividad es mayor.
Las plantas que complementan el pasto tienden a producir menos gas metano como resultado de la fermentación entérica de la vaca. Eso significa que las plantas complementarias mejoran el proceso de digestión.
Cuando se aprovecha el agua de lluvia, se retiene más humedad en los suelos. Es posible reducir el efecto de una sequía durante 3 a 6 semanas. Además, el productor puede planificar mejor la alimentación de su ganado.
Los sistemas silvopastoriles mejoran la dieta de los animales. Al asociar el pasto con leguminosas o arbustos, el ganado recibe una dieta con más proteínas.
Incorporar árboles y arbustos en los cultivos para el pastoreo, se evita la erosión del suelo. Esto sucede porque esta vegetación tiene raíces que toman nutrientes más profundos del suelo. Por otra parte, cuando se emplean plantas leguminosas, aumenta la fijación del nitrógeno en el suelo. Esta práctica reduce la huella de carbono de los lácteos porque se disminuye la necesidad de aplicar fertilizantes químicos.
La ganadería regenerativa reduce los costos de producción asociados a la adquisición de insumos externos como fertilizantes, insecticidas, pesticidas, herbicidas, entre otros.
¿Qué mitiga la agricultura regenerativa?
El uso de la agricultura regenerativa en el sector ganadero permite reducir la huella de carbono de los lácteos. En primera instancia, cuando se emplean estrategias para mejorar la eficiencia, tales como el aumento de la fertilidad del suelo y de la salud de las vacas, pueden disminuir la huella de carbono de la producción de leche en un 20 %.
El uso de tecnologías de bajas emisiones como la urea protegida y esparcidor de purín con baja emisión pueden reducir la huella de carbono en un 5 %.
Cultivar pastos permanentes, y plantar árboles permiten reducir las emisiones en un 5 %. Además, mejoran la biodiversidad de las fincas ganaderas.
Combinar las tres prácticas mencionadas anteriormente tiene el potencial de reducir las emisiones de efecto invernadero de la producción de la leche en un 30 %.
Al mejorar la capacidad del suelo para capturar carbono, las emisiones GEI se pueden disminuir hasta un 4.5 %.
Las estrategias de rotación de cultivos tienen un potencial de reducción del 1.74 %.
La agricultura regenerativa para reducir la huella de carbono de los lácteos es un camino factible para recuperar la capacidad de los suelos, y también para mejorar la salud del ganado. Al disponer de un ganado más saludable, se reducen las emisiones por fermentación entérica y mejora la productividad porque las vacas están más dispuestas a comer. Para aplicar las estrategias adecuadas, primero es necesario calcular la huella de carbono de la leche, ya que es la materia prima principal en la producción de lácteos.
Escrito por: Vilma Estefanía Tapias Benítez
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